martes, 5 de enero de 2021

Inventario de 2020

Enero

Regalos

10 de enero

Thierry Laget
Proust, Premio Goncourt: Un motín literario
Ediciones del Subsuelo (2019). 253 páginas. ISBN 978-84-947802-5-7
Traducción de Laura Cladavall.
Regalo de PF

Comprados

25 de enero
Charles Baudelaire
Las flores del mal / Les fleurs du mal
Poesía Hiperión, 700 (2016). 422 páginas. ISBN 978-84-9002-080-7
Versión de Jesús Munárriz

Julian Barnes
Nada que temer
Anagrama Compactos, 568 (2011). 300 páginas. ISBN 978-84-339-7670-3
Traducción de Jaime Zulaika

Charlotte Delbo
Cap de nosaltres tornarà
Club Editor, 86 (2020). 340 páginas. ISBN 978-84-7329-250-4
Traducido por Valèria Gaillard

Leídos

9 de enero
Corrección
Thomas Bernhard
Alianza Editorial (2014, de la edición revisada de 2003). 368 páginas. ISBN 978-84-206-8598-4
Traducción de Miguel Sáenz.
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
La novela arquetípica de T. B., la que te viene a la mente cuando parodias su estilo. Aparecen aquí los temas arquetípicos del autor: la repetición obsesiva, el deterioro progresivo de la condición mental, las herencias y los conflictos familiares, etcétera. El estilo basado en repeticiones recuerda a J. S. Bach interpretado por Glenn Gould.

11 de enero
Natalia Ginzburg
Les veus del capvespre
Edicions de la Ela Geminada, Trivium, 21 (2019). 137 páginas. ISBN 978-84-948561-0
Traducción de Esteve Farrés Berenguer
Una excelente novela corta de la Ginzburg, muy italiana. Es notable cómo presenta a los personajes dejándolos hablar, en vez de describirlos directamente. Es un voto de confianza en la inteligencia del lector.

18 de enero
Philip Gourevitch
Queremos informarle de que mañana seremos asesinados con nuestras familias
Debate (1999). 372 páginas. ISBN 978-84-8306-781-1
Traducción de Marita Osés Serda.
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
Nada de lo que ha pasado en el mundo después de 1945 puede compararse en gravedad al genocidio de Ruanda de 1994, explicado e interpretado en este libro. Nadie sale demasiado bien librado de aquí, aunque es especialmente penoso el papel de Francia y Bélgica, frecuentemente citados como modelos de país democrático en nuestro debate local.

Febrero

Comprados

20 de febrero
Peter Handke
Preguntando entre lágrimas: Apuntes sobre Yugoslavia bajo las bombas y en torno al Tribunal de La Haya
Alento, 2 (2011). 232 páginas. ISBN 978-84-939267-1-7
Traducción y prólogo de Cecilia Dreymüller. Revisión de Ignacio Echevarría y Ana Milutinovic

21 de febrero
Agustín de Foxà
Madrid de corte a checa
Biblioteca El Mundo, 49. 352 páginas. ISBN 84-8130-301-1

Leídos

4 de febrero
Thierry Laget
Proust, Premio Goncourt: Un motín literario
Una crónica de la polémica en torno a la concesión del premio Goncourt a Marcel Proust en 1919, por A la sombra de las muchachas en flor. Francia es la patria de las polémicas literarias con trasfondo social y político. Libro interesante y agradable de leer, a ratos algo confuso por la multitud de nombres que aparecen. Hoy en día, recordamos pocos más que el de Proust.

15 de febrero
Emmanuel Carrère
Limónov
Anagrama, Panorama de Narrativas (2013). 398 páginas. ISBN 978-84-339-7855-4
Traducción de Jaime Zulaika
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
Este libro es en cierto modo la culminación de la vida de Limónov, un personaje de ambición ilimitada, que vino a nacer en la Rusia de Brezhnev. El libro está a la altura de la vida de su personaje central, y deja entrever una vida mucho más interesante, y en cierto modo paralela: la de Vladímir Putin.

Marzo

Comprados

13 de marzo
Steven Strogatz
Infinite powers: How calculus reveals the secrets of the universe
Houghton Miffling Hartcourt (2019). 360 páginas. ISBN 978-1-328-87998-1
Inesperada llegada de un pedido que realicé el 21 de octubre del año pasado.

Frank Herbert
Dune
Gollancz SF Masterworks. Edición Kindle (longitud de impresión 711 páginas). ISBN 978-0-575-10441-9

Leídos

6 de marzo
Irene Solà
Canto jo i la muntanya balla
Llibres Anagrama (2019). 192 páginas. ISBN 978-84-339-1568-9
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
El que vive en la montaña ha de convivir con una naturaleza poderosa. Allí los muertos se quedan con los vivos más tiempo que en la gran ciudad, y la convivencia con los animales es más estrecha. De esto, y del amor entre las personas, trata este libro.

13 de marzo
Walter Benjamin
Obra de los pasajes. Obras, libro V
Abada Editores (2013). 1666 páginas. ISBN 978-84-15289-77-7 (Vol. 1) / 978-84-16160-27-3 (Vol. 2). Edición de Rolf Tiedemann. Traducción de Juan Barja.
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia (Vol. 1) / Biblioteques UPC-UAB (Vol. 2)

Abril

Leídos

6 de abril
Frank Herbert
Dune
El meme sobre la letanía de la Bene Geserit me llevó a revisitar este clásico de la ciencia ficción. Un prodigioso decorado, que no ha perdido fuerza con el tiempo.

10 de abril
Steven Strogatz
Infinite powers: How calculus reveals the secrets of the universe
Muchas cosas que ocurren en el mundo físico (y en el mundo en general) se rigen por relaciones entre una magnitud y la variación (o la variación de la variación) de esa magnitud. En otras palabras, por ecuaciones diferenciales. Son ejemplos la corriente alterna, la oscilación de un péndulo, la transmisión de calor o la propagación de una enfermedad infecciosa. Este libro es la crónica del descubrimiento del cálculo y de las ecuaciones diferenciales o, valga la metáfora, del lenguaje de Dios.

25 de abril
Judea Pearl / Dana Mackenzie
The book of why
Judea Pearl nos recuerda que si queremos conocer las causas de lo que ocurre en el mundo no nos basta con los datos, sino que hemos de comprender cómo se han generado estos datos. Si tenemos esto en cuenta, los modelos estadísticos pueden ir más allá de constatar la existencia de relaciones entre variables, y ayudarnos a comprender mejor el mundo.

Mayo

Comprados

6 de mayo
Josep Pla
El que hem menjat
Destino. Josep Pla Obra completa, vol. XXII (1972, 2010). 543 páginas. ISBN 978-84-9710-162-2

Andrés Trapiello
Diligencias
Pre-Textos contemporánea (2018). 504 páginas. ISBN 978-84-17143-92-3
Salón de pasos perdidos (22).

Leídos

1 de mayo
Phillip Lopate
Mostrar y decir: el arte de escribir no ficción
En los Estados Unidos de América se enseña a escribir en las universidades, de manera que el oficio de escritor tiene una educación formal similar a la de un médico o un ingeniero. Este libro cuestiona la tendencia dominante en muchas de esas universidades, por la que debe escribirse no ficción con escenas y diálogos (show, don't tell). Escribir no ficción es algo más complicado, como bien saben gentes como Trapiello o Josep Pla, por ejemplo.

7 de mayo
Peter Handke
Preguntando entre lágrimas
Cinco piezas de Handke sobre las guerras de Yugoslavia. Dos crónicas de viajes a Serbia durante la guerra de Kosovo, y tres sobre su experiencia en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, la primera de ellas Alrededor del Gran Tribunal, que despertó una gran polémica en su momento. Hay que agradecer a Alento que publicara esas crónicas en 2011. Aún más que en Justicia para Serbia, estas crónicas hablan de cómo los medios de comunicación y los espectáculos de masas construyen no sé si la realidad, pero sí el relato.

23 de mayo
Andrés Trapiello
Diligencias
Un Salón de pasos perdidos de la última época, el del año 2008. Destacan dos viajes. Un viaje a Ceuta con encuentros en el hotel con una atareada auditora (papeles por el suelo, etc.) que al parecer no pasaron del saludo. Un viaje a Cuenca en el que AT se sume en las simas de la locura suicida, provocada por un fuerte ataque de vértigo. Los que hemos leído sólo los Spp antiguos, nos sorprende el encono contra el joven Marías.

31 de mayo
Javier Padilla
A finales de enero: la historia de amor más trágica de la Transición
La historia de Dolores Ruiz (1946-2015), Enrique Ruano (1947-1969) y Javier Sauquillo (1947-1977).

31 de mayo
Walter Benjamin
Sobre el concepto de Historia. Obras, libro 1, vol. 2 (pp. 305-318).
Abada Editores (2013). Edición de Rolf Tiedemann. ISBN 978-84-96258-61-7 Traducción de Alfredo Brotons Muñoz.
Una teoría de la historia basada en el materialismo histórico, expuesta en dieciocho tesis en un estilo oracular.

Junio

Comprados

3 de junio
Michael Löwy
Walter Benjamin. Avís d'incendi
Flâneur (2020). 234 páginas. ISBN 978-84-09-18647-1. Traducción de Arnau Pons y David Cuscó

Leídos

11 de junio
Walter Benjamin
Charles Baudelaire: un lírico en la época del altocapitalismo. Obras, libro 1, vol. 2 (pp. 87-301).
Abada Editores (2013).  ISBN 978-84-96258-61-7. Edición de Rolf Tiedemann. Traducción de Alfredo Brotons Muñoz. 
En los tres textos de esta obra, Walter Benjamin usa la vida y obra de Baudelaire para reflexionar sobre el París de después de la Comuna de 1848. Un lugar y un tiempo en el que aparecen algunos temas fundamentales del pensamiento de Benjamin: la modernidad, la multitud y el flâneur.

13 de junio
Michael Löwy
Walter Benjamin. Avís d'incendi
Una exégesis de las Tesis de Filosofía de la Historia. El pensamiento de Benjamin aparece como una síntesis de materialismo histórico y mesianismo judío secularizado. Por esta razón, es adecuado aproximarse las tesis de la misma manera que un texto talmúdico.

16 de junio
Walter Benjamin
Mi viaje a Italia en Pentecostés de 1912
Abada Editores (2017). 109 páginas. ISBN 978-84-16160-78-5. Edición de Rolf Tiedemann. Traducción de Alfredo Brotons Muñoz. 
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Una obra temprana de Walter Benjamin. Hizo el viaje con unos amigos, algunos de los cuales tuvieron cierta relevancia (Erich Katz y Simon Guttman). Destaca cómo explica su visita a Venecia.

22 de junio
Robert Walser
El ayudante
Siruela (2001). 216 páginas. ISBN 84-7844-538-2. Traducción de Juan José del Solar.
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
El personaje central de los libros de Walser es siempre el mismo: pobre como una rata y libre como el viento: puede recoger sus pocas pertenencias y marcharse a otra parte cuando quiera. En este libro entra como ayudante del señor Tobler, un inventor irresponsable con impecable fachada pequeñoburguesa, sobre el que se va cerniendo poco a poco un enjambre de acreedores...

Julio

Comprados

5 de julio
Josep Pla
La Costa Brava
La Butxaca (2009). 334 páginas. ISBN 978-84-92549-76-4.

Regalados

11 de julio
Adam Zagajewski
Una leve exageración
Acantilado, 393 (2019). 346 páginas. ISBN 978-84-17346-98-0. Traducción de Anna Rubió y Jerzy Slawomirski.

Leídos

4 de julio
Josep Pla
El que hem menjat
Muestra de estilo planiano, notorialmente digresivo, reporta la evolución de la comida en los años setenta. El PIB per cápita empezaba a remontar, de modo que empezaba a decaer una forma de entender la comida basada en el producto de temporada, en el que la comida en las casas era mejor que la de los restaurantes, y la producción de alimentos estaba basada en la experiencia ancestral.

10 de julio
Alejandro Sawa
Iluminaciones en la sombra
Nórdica Libros (2009). 272 páginas. ISBN 978-84-936695-8-4. Presentación de Andrés Trapiello. Prólogo de Rubén Darío.
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
En el siglo XXI, Alejandro Sawa sería aquel chico de pelo de colores y adepto al grindcore que ha tenido la desgracia de nacer en provincia. Sawa pudo estar unos años en París, en la bohemia de Verlaine. Fue escritor simbolista y bohemio y quedó inmortalizado como Max Estrella en Luces de Bohemia.

18 de julio
Miquel Puig
La sortida del laberint: el camí per superar la crisi creant llocs de treball decents
Edicions 62: Llibres a l'Abast, 424 (2013). 254 páginas. ISBN 978-84-297-7156-5
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Un análisis muy pedagógico de la evolución de la economía española desde la Transición (llamada por Miquel Puig Segunda Restauración). En su diagnóstico, los males de la economía española vienen de su apuesta por una economía intensiva basada en el turismo y la construcción, que ha creado puestos de trabajo de baja intensidad, ocupados principalmente por inmigrantes extranjeros.

19 de julio
Michael Crichton
La amenaza de Andrómeda
Editorial Bruguera: Ciencia Ficción Colección Naranja 3 (1982). 336 páginas. ISBN 84-02-08810-4
El primer techo-thriller de éxito de Michael Crichton. Más un best seller que un libro de SF, describe un posible contacto con una forma de vida extraterrestre. Un libro estupendo en su género, del que luego sería autor de Parque Jurásico.

22 de julio
Theodor W. Adorno
Rasgos del nuevo radicalismo de derecha
Epílogo de Volker Weiss. Traducción de Juan Rabasseda
Taurus (2019). 89 páginas. ISBN 978-84-306-2223-8
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Família - Josep M. Ainaud de Lasarte
Una conferencia de los años sesenta, sobre la emergencia de movimientos autoritarios de derecha en Alemania. Tentador extrapolar a la Europa de hoy, pero todo tiene su matiz.

24 de julio
Robert Walser
Desde la oficina
Selección y epílogo de Reto Sorg y Lucas Marco Gisi. Traducción de Rosa Pilar Blanco
Siruela, Libros del Tiempo (2016). 116 páginas. ISBN 978-84-16638-22-2
Préstamo de la Biblioteca Nou Barris
Los personajes de Robert Walser pueden vivir en la oficina, incluso se puede llevar desde la oficina una vida de poeta. Pero los oficinistas de Walser obedecen con gusto y se oponen con facilidad. Si el paseante de Walser era un flâneur, sus oficinistas son hombres sin atributos.

31 de julio
Josep Pla
La Costa Brava
Una guía de la Costa Brava, visitada en barco. En muchas cosas, sigue estando vigente hoy. También una evocación de la patria de Pla: la costa de la provincia de Gerona de antes de la guerra. Pla trabajó mucho: en la edición de Destino, su Obra Completa tiene cuarenta y siete volúmenes. Pero también pasó días enteros yendo en barca por calas del Empordà, comiendo guisos de pescado y haciendo la siesta. No se puede hacer una cosa sin la otra.

Agosto

Leídos

7 de agosto
Alberto Manguel
Una historia de la lectura
Alianza Editorial, El libro de bolsillo (2013). 656 páginas. ISBN 978-84-206-7668-5
Traducción de José Luis López Muñoz
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
Una de las posibles historias de una de las actividades humanas más complejas y menos estudiadas: leer libros. Es más difícil escribir una historia de la lectura que una historia de la escritura.

13 de agosto
Adam Zagajewski
En la belleza ajena
Editorial Pre-Textos (2003). 248 páginas. ISBN84-8191-588-8
Traducción de Ángel E. Diaz-Pintado Hilario
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
La protagonista de este libro es la Cracovia de los años sesenta y setenta, durante la juventud del autor. El libro recuerda a las partes líricas de los pasos perdidos de Trapiello.

16 de agosto
Adrià Pujol Cruells
Míster Folch
Empúries (2019). 270 páginas. ISBN 978-84-17879-11-2
Préstamo de la Biblioteca Nou Barris
Una aproximación a la Barcelona de la postguerra desde el Weltanschauung ampurdanés, usando la técnica del esperpento. Vahos de verdura, la Confiteria Prats i Fatjó, atentados contraFranco y un narrador auténticamente omnisciente.

Yoshinori Noguchi
La llei del mirall: Una regla màgica que resol qualsevol problema a la vida
Comanegra (2010). 97 páginas. ISBN 978-84-936006-7-9
Traducción de 
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Família - Josep M. Ainaud de Lasarte
No está mal el libro, pero da menos de lo que promete...

22 de agosto
Adam Zagajewski
Una leve exageración
Un dietario de observaciones y recuerdos, en el que Zagajewski persiste en su defensa de la poesía y el fervor, de la música y la pintura. Sabiamente alejado de la ironía postmoderna.

31 de agosto
Andrés Trapiello
Seré duda
Pre-Textos (2015). 715 páginas. ISBN 978-84-16453-31-3
Salón de Pasos Perdidos (19).
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
Un Spp grueso, con motivo. Al autor le dieron el premio José Manuel Lara por Al morir don Quijote, así que hizo múltiples viajes por España y el extranjero (Marruecos, Rumanía), lo que le permitió hacerse un experto en chóferes y taxistas. Noticias del caso Echevarría, y un surrealista (como poco) encuentro con Fernando Arrabal. Conmovedora la crónica de los médicos de M., y de cómo estos diarios son verdaderos, aunque posiblemente no siempre ciertos. Por cierto, Zagajewski aparece como miembro de la Internacional del Cas (Club de las Almendritas Saladas).

Septiembre

Comprados

1 de septiembre
Ernst Nolte
La guerra civil europea, 1917-1945. Nacionalsocialismo y bolchevismo.
Fondo de Cultura Económica (1994). 550 páginas. ISBN 978-968-16-6276-9
Traducción de Sergio Monsalvo Castañeda, Julio Colón Gómez y Adriana Santoveña Rodríguez

17 de septiembre
Daniel Lindenberg
L'appel à l'ordre: Enquête sur les nouveaux réactionnaires
Seuil, La république des idées (2002). 96 páginas. ISBN 2-02-055816-5

Leídos

5 de septiembre
Adrià Pujol Cruells
La carpeta és blava
LaBreu Edicions, Cicuta (2017). 298 páginas. ISBN 978-84-946624-0-9
Prólogo de Miquel Martín
Préstamo de la Biblioteca Nou Barris
Un tratado sobre el collonar o acollonar, práctica social ampurdanesa, consistente en burlarse de alguien. Puede ser tan sutil que el burlado sea el único en no darse cuenta, o de brutalidad desmedida. En este último caso, es signo de amistad y de integración social.

10 de septiembre
David Graeber
Trabajos de mierda: Una teoría
Ariel (2018). 432 páginas. ISBN 978-84-344-2899-7
Traducción de Iván Barbeitos García
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
Una extensión del artículo de David Graber Bullshit Jobs: a Work Rant. Un trabajo de mierda (bullshit job) es aquel que tiene un valor social nulo a juicio del que lo realiza. Su utilidad es mantener ocupada a gran parte de la población, manteniendo así el orden social.

12 de septiembre
Simone Weil
Pensamientos desordenados
Editorial Trotta (1995). 102 páginas. ISBN 84-8164-079-4
Traducción de María Tabuyo y Agustín López
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
Los dos textos sobre la desdicha y el amor de Dios son muy difíciles de comprender en una primera lectura. Quizá se necesite algo más que capacidad intelectual para comprenderlos cabalmente. El texto sobre el cristianismo y la vida rural muestra que Weil tiene las cualidades de un fundador de religiones.

15 de septiembre
Francisco Casavella
El Secreto de las Fiestas
Anagrama, Narrativas Hispánicas 609 (2006). 236 páginas. ISBN 978-84-339-9858-3
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
Este libro se escribió en 1997 como una novela para jóvenes, y se reescribió en 2006 para adultos. El surfista Mickey Dora, que aparece como Da Cat en una máquina del pinball, es el embrión del Watusi, mito fundacional de la trilogía de Casavella.

26 de septiembre
Juan García Hortelano
El gran momento de Mary Tribune
Debolsillo, Contemporánea (2007, 1972). 847 páginas. ISBN 978-84-8346-917-0
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
Los protagonistas de esta novela son los hijos de la burguesía madrileña de los cincuenta, ganadores de la guerra civil. La España de los ochenta es en gran medida hija del descontento de esa generación. En esta novela, mientras toman grandes cantidades de alcohol, constatan atemorizados que la vida va en serio. 

29 de septiembre
Margaret Atwood
Oryx y Crake
Ediciones B (2006, 2004). 425 páginas. ISBN 84-666-1460-5
Traducción de Juanjo Estrella
Préstamo de la Biblioteca Sant Gervasi - Joan Maragall
Novela distópica que presenta el temor al futuro de la élite liberal norteamericana, en torno a la biotecnología, el cambio climático y en menor medida, la pornografía y los videojuegos. Curioso cómo esta élite se aterroriza ante las últimas consecuencias de su modelo de sociedad.

Octubre

Comprados

 3 de octubre
David Foster Wallace
La broma infinita
DeBolsillo (2019, 1999). 1208 páginas. ISBN 978-84-9989-247-4
Traducción de Marcelo Covilán revisada por Javier Calvo

Michel Houellebecq
Las partículas elementales
Anagrama, Compactos 50 (2019, 1999). 321 páginas. ISBN 978-84-339-0261-0
Traducción de Encarna Castejón

Leídos

1 de octubre
Michel Houellebecq
En presencia de Schopenhauer
Anagrama: Nuevos cuadernos Anagrama, 6 (2008. 2007). 87 páginas. ISBN 978-84-339-1619-8
Traducción de Joan Riambau
Una deliciosa selección de fragmentos de Schopenhauer traducida y comentada por Houellebecq.
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia

10 de octubre
Margaret Atwood
The Year of the Flood
Bloomsbury (2009). 434 páginas. ISBN 978-0-7475-8516-9
Préstamo de la Biblioteca Barceloneta - La Fraternitat
La segunda parte de la trilogía Oryx y Craxe. Narra los mismos hechos, desde el punto de vista de dos miembros de los Jardineros de Dios que sobreviven al Diluvio Sin Agua. Estas dos primeras novelas llevan al extremo el ideal del capitalismo liberal.

12 de octubre
J. G. Ballard
Rascacielos
Alianza, Runas (2018, 1975). 199 páginas. ISBN 978-84-9181-075-9
Traducción de David Tejera Expósito
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster
Dos mil habitantes de un rascacielos de cuarenta pisos se abandonan a sus instintos, desconectándose del mundo exterior para librarse a una orgía de depravación, muerte y destrucción.

17 de octubre
Michel Houellebecq
Las partículas elementales
Después de la muerte de Dios, el Hombre ha ido de mal en peor, sin saber mucho qué hacer en su mayoría de edad. Esta novela de ciencia ficción apunta un nuevo hombre, más preparado para la libertad.

19 de octubre
J. G. Ballard
La furia feroz
Minotauro (2005, 1988). 141 páginas. ISBN 978-84-450-7558-6
Traducción de Marcial Souto
Préstamo de la Biblioteca Clarà
El regalo más preciado que pueden hacer unos padres a su hijo adolescente es una autoridad contra la que rebelarse.

22 de octubre
J. G. Ballard
Milagros de vida
Mondadori, Literatura Mondadori, 371 (2008). 236 páginas. ISBN 978-84-397-2150-5
Traducción de Ignacio González Calvo
Préstamo de la Biblioteca Clarà
Esta autobiografía es la última obra de Ballard. El material de la obra de Ballard viene de su infancia, pero también de su capacidad de mirar con especial agudeza el Occidente de la segunda mitad del siglo XX.

25 de octubre
J. G. Ballard
Crash
Minotauro (1973, 2008). 215 páginas. ISBN 978-84-450-7709-2
Traducción de Francisco Abelenda
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Família - Josep M. Ainaud de Lasarte
Según el propio autor, "la primera novela pornográfica basada en la tecnología". Solo un británico es capaz del nivel de perversión de esta novela. De momento va pasando bajo el radar de la censura.

Noviembre

Leídos

2 de noviembre
Jordan B. Peterson
12 reglas para vivir: un antídoto al caos
Planeta (2018). 510 páginas. ISBN 978-84-08-19330-2
Traducción de Juan Ruiz Herrero
Préstamo de la Biblioteca Sofía Barat
Un libro de autoayuda, sí. Pero que puede ser de utilidad, ni que sea para conocer al personaje más allá de la propaganda.

6 de noviembre
Álvaro Cunqueiro
La cocina cristiana de Occidente
Tusquets, los 5 sentidos (1981, 1999). 285 páginas. ISBN 84-7223-811-3
Préstamo de la Biblioteca Barceloneta - La Fraternitat

17 de noviembre
Margaret Atwood
MadAddam
Bloomsbury (2013). 394 páginas. ISBN 978 1 4088 1970 8
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Família - Josep M. Ainaud de Lasarte

24 de noviembre
Gregorio Luri
El cielo prometido: una mujer al servicio de Stalin
Ariel (2016). 509 páginas. ISBN 978-84-344-2359-6
Préstamo de la Biblioteca Sofía Barat
Una biografía de Caridad Mercader, y de una generación de comunistas españoles muy activos durante la Guerra Civil, y en la postguerra sobre todo en México. Refleja la alta implicación de Gregorio Luri al escribirlo.

25 de noviembre
Adrià Pujol Cruells
La gola
Fragmenta, Col·lecció Assaig 58, Sèrie Pecats Capitals (2020). 70 páginas. ISBN 978-84-177-9619-8
Préstamo de la Biblioteca Sofía Barat
Con su erudición habitual, Adrià Pujol nos cuenta cómo el capitalismo ha transformado la gula de pecado en enfermedad, y cómo va evolucionando la cuestión de la responsabilidad a medida que se va extinguiendo el capitalismo de raíces católicas en el que se supone que vivimos.

30 de noviembre
J. G. Ballard
El mundo submarino
Minotauro (1962, 2008). 221 páginas. ISBN 978-84-450-7688-0
Traducción de Francisco Abelenda
Préstamo de la biblioteca Les Corts - Miquel Llongueras
Una distopía en la que se produce un cambio climático que devuelve a la Tierra al carbonífero. Esto provoca profundos cambios en la especie humana, que se traducen a una regresión suicida, si no se vive lo bastante al norte. Traducción y edición de juzgado de guardia, que distorsiona seriamente el texto en algunos momentos.

Diciembre

Comprados

3 de diciembre
Isaac Don Levine
The Mind of an Assassin
Farrar, Strauss and Cudahy (1959). 232 páginas.
Una edición de tapa dura que ha sobrevivido estupendamente 61 años.

11 de diciembre
Ted Chiang
Exhalación
Sexto Piso (2020). 345 páginas. ISBN 978-84-17517-79-3
Traducción de Rubén Martín Giráldez

19 de diciembre
Stanley G. Payne
La revolución española 1936-1939
Booket (1972, 2019). 387 páginas. ISBN 978-84-670-6089-8
Traductor desconocido

Regalos (Navidad 2020)

Randall Munroe
What if? Serious Scientific Answers to Absurd Hypothetical Questions
John Murray (2014, 2019). 304 páginas. ISBN 978-1-84854-956-2

Randall Munroe
How To? Absurd Scientific Advice for Common Real-World Problems
Riverhead Books (2019). 310 páginas. ISBN 978-0-593-08637-7

Carl T. Bergstrom y Jevin D. West
Calling Bullshit: The Art of Skepticism in a Data-Driven World
Random House (2020). 318 páginas. ISBN 978-0-525-50918-0

Glenn Gould
No, no soy en absoluto un excéntrico
Acantilado, 343 (1986, 2017). 275 páginas. ISBN 978-84-16748-30-3
Montaje y presentación de Bruno Monsaigeon, Traducción de Jorge Fernández Guerra

Joel Kotkin
The Coming of Neo-Feudalism: A Warning to the Global Middle-Class
Encounter (2020). 274 páginas. ISBN 978-1-64177-094-1

Jordi Amat
El Fill del Xofer
Edicions 62 (2020). 261 páginas. ISBN 978-84-297-7894-6

Leídos

20 de diciembre
Aleksandr Solzhenitsyn
Archipiélago GULAG
Plaza & Janés (1974). 456 páginas. ISBN 84-01-33066-1
Traducción de L. R. Martínez
Una de las primeras traducciones al castellano. Incluye las dos primeras de las siete partes que tiene toda la obra. Cuesta de leer a veces, pues su objetivo era el de recoger testimonios de los que sufrieron el sistema penitenciario soviético por motivos políticos. A revisar los Relatos de Kolyma, de Variam Shalámov, la otra obra de referencia sobre el GULAG.

23 de diciembre
Ted Chiang
Exhalación
Una ciencia-ficción que cree que hay otros mundos, pero están en éste. Una exploración sobre cómo reaccionaríamos los humanos a los viajes en el tiempo, a poder ver realidades paralelas, o a convivir con inteligencias artificiales.

26 de diciembre
Joel Kotkin
The Coming of Neo-Feudalism: A Warning to the Global Middle-Class
Un breve ensayo (las páginas de notas ocupan la tercera parte del libro) sobre la evolución de la sociedad en el futuro próximo hacia un modelo neofeudal de bajo crecimiento económico, creciente desigualdad, y baja movilidad social.

29 de diciembre
Bernd Brunner
Cuando los inviernos eran inviernos: Historia de una estación
Acantilado, 399 (2016, 2020). 242 páginas. ISBN 978-84-17902-23-0
Traducción de José Aníbal Campos
Préstamo de la Biblioteca Sofia Barat
Uno de esos libros que celebra lo que nuestro patrimonio cultural ha producido sobre un tema, en este caso el invierno. El invierno del Norte, con frío, nieve y hielo es hostil al ser humano, preparado por la evolución para climas más cálidos.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Las primeras vacunas contra el COVID-19

 Secuencia de fotos mostrando la llegada de la primera remesa de vacunas del COVID-19:

Primera foto, en el palet y con la célebre etiqueta del Gobierno de España

Segunda foto, en la que se puede apreciar mejor la dimensión de la remesa

Tercera foto, mostrando la caja con las dosis de vacunas


sábado, 24 de octubre de 2020

C13 On Revolution - Final examination

 Corre por ahí un el examen final de la asignatura C13 On Revolution, de marzo de 1961, impartida por Hanna Arendt, que guardo aquí a beneficio de inventario. No sé si en nuestras facultades de Ciencias Políticas se hacen exámenes así.



sábado, 17 de octubre de 2020

Turismo

 En el librito de Michel Houellebecq En presencia de Schopenhauer encontramos esta cita sobre el turismo (p. 81):

La vida de los nómadas, que representa el grado inferior de la civilización, confluye con el grado más elevado en aquello en lo que se ha convertido por lo general en la vida del turista. La primera está provocada por la necesidad, la segunda por el aburrimiento.

Aquí se ve la claridad con la que don Michel interpreta la sociedad en que nos ha tocado vivir. Esa interpretación viene del artista, que posee un conocimiento diferente del que produce el científico social.

Como bola extra, esta otra cita, ahora de Schopenhauer (p. 53):

Spinoza dice (Epist. 62) que si la piedra lanzada por los aires por un golpe tuviera conciencia, creería que se desplaza por su propia voluntad.

Referencia

Houellebecq, M. (2007). En presencia de Schopenhauer. Anagrama. 

domingo, 11 de octubre de 2020

Apuntes de una noche inolvidable

A beneficio de inventario, transcribo aquí una crónica publicada en La Vanguardia por Agustí Calvet, Gaziel, el 11 de octubre de 1934. El texto original puede consultarse aquí y aquí.

Para los catalanes de mañana.- Apuntes de una noche inolvidable.- Tomados al hilo de los acontecimientos durante las jornadas de los días 4, 5, 6 y 7 de octubre de 1934. 

Jueves, día 4.- A las seis y cuarto o seis y media de la tarde, estando yo en mi despacho, me entran la lista del nuevo Gobierno Lerroux, que acaban de transmitir los teletipos de la Delegación de La Vanguardia en Madrid. En seguida me digo: esto va a ser el botafuego. A los elementos exaltados de la Generalidad, ese Gobierno, que nada tiene de temible, les va a hacer el mismo efecto que le hace a un toro un trapo rojo.

Me quedo largo rato perplejo. Tengo compuesto, en pruebas, encima de la mesa, un artículo mío, escrito para mañana viernes. Se titula Las armas de la Generalidad, y lo he escrito expresamente ante los anuncios bélicos, a mi juicio catastróficos, que me traen mis informadores cerca del Gobierno de Cataluña. En ese artículo defiendo un criterio diametralmente opuesto al que parece va dominando por momentos en la Generalidad. ¿Qué hacer? Si lo publico, según como vayan las cosas, me expongo a que me acusen -como otras tantas veces- de derrotista, de mal patriota. Pero la hora es demasiado grave. Mi deber de catalán, mi honradez de publicista es claro. Aprieto el botón de un timbre. Entra un ordenanza. Le doy las pruebas de mi artículo: «Que se publique mañana».

Viernes, 5.- Paro general, dispuesto por elementos al servicio del Gobierno de Cataluña. Cosa nunca vista: un paro de esta clase, organizado por el Poder público.

En fin: desde mi casa de Sarriá hay que bajar a Barcelona. No circulan trenes ni tranvías. Apenas hay algún taxi. Bajo en un auto de alquiler que casualmente lleva patente particular y parece un coche propio. A pesar de ello, en la calle de Balmes, ante la Confederación de la Industria Taxista, nos detienen en forma destemplada. Aducimos algunas razones y, mientras vacilan, continuamos. Llego al periódico. Recibo informes toda la mañana. Las cosas parecen agravarse. En la Generalidad hay un optimismo, una actividad, una fiebre realmente extraordinarios.

A la hora convenida para volver a casa, no encuentro en la calle mi auto de alquiler. ¿No habrá podido venir? ¿Le habrá ocurrido algo? Apenas circula algún vehículo. Las calles rebosan de gente que sale de los despachos medio cerrados o viene de «ver qué pasa», y se dirige a comer. Yo no puedo ir a Sarriá, para volver por la tarde y regresar por la noche, siempre andando. Comeré en el restorán.

Imposible: todo está cerrado. Llamo en algunos establecimientos. No me contestan. Incluso en varios hoteles veo las sillas del comedor encima de las mesas. Un detalle admirable: sólo están abiertos los estancos. Solución: comeré algo en el periódico mismo, de una taberna vecina que está en la calle de Tallers. Y, en efecto, de allí me traen un par de platos populares. Pero lo extraordinario son los postres.

Estaba terminando de comer, cuando se me presentan, como llovidos del cielo, cinco hombres con otras tantas pistolas. Uno lleva pantalón corto y polainas, otro viste de mecánico, y los demás, como obreros cualesquiera. ¿Por dónde han venido? No sé. ¿Quiénes son? Tampoco. Pero lo que quieren es indudable. Apuntándonos unas armas magníficas, unas estupendas pistolas de repetición, nos echan materialmente a la calle a todos cuantos nos hallamos en el periódico, con gestos harto expresivos y frases poco corteses. Y nada más. ¡Pues, señor, sí que están poniendo bien las cosas!

Damos una vuelta hasta la plaza de la Universidad y volvemos al periódico. No habrá manera de sacarlo mañana. Los obreros han recibido orden de paro. Se hacen difíciles las comunicaciones. Digo a todo el personal que se retire, y a las siete de la tarde me voy también a mi casa, hasta Sarriá, andando. La calle de Muntaner y el paseo de la Bonanova, casi desiertos. El alumbrado brilla en la noche serena, demasiado bochornosa, casi de verano todavía. El aire sólo sopla a intervalos. De los jardincitos que rodean las «torres» vienen ráfagas perfumadas de jazmín invisible.

Después de cenar escuchamos lo que dice la radio. La emisora de Radio Barcelona, informada por la Generalidad, esparce noticias graves, de Eibar, Mieres, Medina de Rioseco, El Ferrol, Cartagena, etc. En Madrid la situación no es muy clara. ¿Qué habrá de todo eso?...

Sábado, 6.- A primera hora la radio sigue dando noticias parecidas a las de anoche. Bajo al centro de Barcelona, hasta La Vanguardia, a pie. Las cosas van empeorando durante la mañana. En las calles circula mucha menos gente que ayer. El paro prosigue y se intensifica, por orden gubernativa.

A las doce y cuarto, estando en mi despacho, solo, en la casi completa soledad de los talleres y oficinas del periódico, oigo inesperadamente, por el aparato de radio, que el consejero de Gobernación, señor Dencás, anuncia la salida a la calle de los somatenes adictos a la Esquerra para que garanticen, dice, el orden público contra la F.A.I. ¿contra la F.A.I.? Me quedo pensando qué habrá en el fondo de esa extraña orden. Esto se pone feo. A las dos menos cuarto me voy a comer a casa de mis amigos S., que viven en el Ensanche, para no tener yo que ir a Sarriá.

Subiendo por el paseo de Gracia me encuentro, en el cruce con la Gran Vía, frente a la Horchatería Valenciana, a un grupo de somatenistas recién salidos a la calle. Van sin orden alguno y llevan las armas como mejor les parece. Un pasante dice con admiración: «Todas son Winchester».

Un poco más arriba, exactamente ante el edificio de Lliga Catalana, veo bajar por el paseo central un automóvil descubierto, a gran velocidad. Lleva dos hombres delante y dos detrás. La carrocería es de color oscuro, con un ribete rojo, y tiene plegada la capota gris. El hombre que va en el asiento de atrás, a la derecha, es Badía, el famoso ex jefe de los servicios de policía de la Generalidad. Con la cabeza descubierta y los cabellos negros echados al viento, su cara enjuta y morena tiene una expresión satisfecha, casi risueña, de mando resuelto y de seguridad en sí mismo... Un poco más arriba del paseo, ante el Círculo Ecuestre, hay un numeroso grupo de socios a la puerta, mirando todavía, como embobados, hacia el auto que desapareció a lo lejos.

Llego con retraso a casa de mis amigos S., que me esperan para comer. Y apenas entro, mis informadores me laman al teléfono. Las noticias son francamente malas, Dencás -me aseguran- ha desbordado a Companys (que, según dicen, no se enteró de la salida a la calle del somatén armado hasta que ya estaba hecha); pero Badía está desbordando a Dencás y es el verdadero dueño del momento. Los elementos de la Alianza Obrera, por su parte, han entrado en gran actividad, requisando todos los autos particulares que encuentran e instalándose en algunos edificios ajenos, como el antiguo local de Fomento.

A los pocos minutos, otra llamada. Mi informador me asegura, esta vez, que «los de la Generalidad van a jugar fuerte». Entre cuatro y cinco de la tarde se espera una declaración sensacional. Yo me resisto a la noticia: todavía creo en el seny catalán... Y después de comer, unos amigos me llevan en auto a mi casa.

Tarde interminable. No puedo hacer nada, ni leer, ni distraerme. Un desasosiego interior me atormenta con insidiosos, con indefinibles presentimientos. Me siento junto al luminoso ventanal abierto. Desde las alturas de mi casa diviso a Barcelona extendida a los pies de Montjuich, con una ancha franja de mar a ambos lados de la montaña y el cielo inmenso abierto encima. No sé por qué me quedo varias veces absorto, contemplando ese panorama familiar, archisabido, que veo todos los días, pero que hoy parece tener un significado misterioso, profundo distinto del ordinario.

A cada momento me levanto. Se me ha estropeado el teléfono. Estoy, pues, incomunicado. Entonces me refugio en la radio, al acecho de la declaración anunciada, que se va retrasando de hora en hora. Por fin, al atardecer, nos dicen que el Presidente de Cataluña hablará al pueblo a las ocho desde el balcón de la Generalidad. Salgo a dar un paseo para distraer la impaciencia, y a las ocho en punto estoy de vuelta y ante el aparato.

No se hacen esperar mucho. Conectan con el propio balcón de la Generalidad. La silenciosa estancia donde yo escucho inunda de un bronco rumor, como de hervidero humano. Es el gentío apiñado en la plaza de la República. Miro al paisaje, aguardando. La masa de la ciudad lejana aparece inmóvil, serena, bajo la noche en calma. Parece mentira que de aquel fondo plácido pueda brotar ese rumor de marejada ardiente. Se oyen pasos. Alguien se acerca al balcón. Es él: el Presidente. Es Companys. Una estrepitosa ovación saluda su presencia ante el pueblo. Alguien le habla al lado, en voz baja, en tono vivo, como si le azuzara. Y la voz característica del Presidente, con su acento leridano, se alza en medio de un silencio imponente: Catalans!... Habla fuerte, habla tan claro, tan firme, que seguramente está leyendo lo que dice. Y sus palabras son como otros tantos relámpagos. Proclama el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, ofrece asilo al Gobierno provisional que se forme y, finalmente, rompe las relaciones con el Gobierno de Madrid.

Es algo formidable. Mientras escucho me parece como si estuviera soñando. Eso es, ni más ni menos, una declaración de guerra. ¡Y una declaración de guerra -que equivale a jugárselo todo, audazmente, temerariamente-, en el preciso instante en que Cataluña, tras largos siglos de sumisión había logrado, sin riesgo alguno, gracias a la República y a la Autonomía, una posición incomparable dentro de España, hasta erigirse en su verdadero árbitro, hasta el punto de poder jugar con sus gobiernos como le daba la gana! En estas circunstancias la Generalidad declara la guerra, esto es, fuerza a la violencia al Gobierno de Madrid, cuando jamás el Gobierno de Madrid se atrevió ni se habría atrevido a hacer lo mismo con ella. Y eso, ¿por qué? Por una República Federal Española que nadie pide en España, cuando menos ahora, y por un Estado Catalán que, dada ya la existencia de la Generalidad, no se necesita para nada... Estoy bañado en sudor, realmente aterrado. Y luego me doy cuenta, porque ya no escucho, de que han quitado la comunicación con el palacio presidencial.

Me levanto casi tambaleando, como el hombre a quien acaban de dar varios mazazos en la frente. ¿Era, pues, verdad? Esto ya no tiene remedio. Y como creo conocer un poco a Companys, y no le tengo por loco, ni menos por imbécil, me digo que, cuando él ha hablado así, de tan espantosa manera, con sus razones contará y con sus medios a mano, seguros, infalibles. Y entonces me asusto más todavía, porque me digo que sin duda nos aguardan terribles acontecimientos, una verdadera guerra civil, larga, feroz e incalculable...

Después de hacer como que cenamos, vuelvo a escuchar la radio. No dice nada interesante. ¡Y algo debe ocurrir, sin embargo, por esos mundos de Dios! Pero he ahí que, a las diez y media, bruscamente, nos anuncian que las tropas del Gobierno de Madrid han intentado asaltar la Consejería de Gobernación, pero han sido rechazadas. ¡Ah, Dios mío! ¡Ya se armó la cosa!

Entonces comienza la noche terrible, la trágica noche que los catalanes no podremos olvidar jamás. Lo digo sin exagerar lo más mínimo: la peor noche de mi vida. Una vela espantosa, hasta rendirme, hasta extenuarme, ante ese aparato infernal, pendiente de las cosas fantásticas, monstruosas, enloquecedoras, que de él van brotando. Nunca sentí con tanta fuerza, ni con tal impotencia de mi parte, la pesadumbre abrumadora de un destino adverso.

Poco después del primer ataque, anuncian otro al Palacio de la Generalidad. Esta vez, a través del micrófono, mezcladas con las palabras, oímos claramente el crepitar de las descargas. Mientras escucho el combate invisible, por el amplio ventanal de mi estancia, abierto a la frescura de la noche oigo las mismas detonaciones, pero en otro plano y en tono distinto, resonando a lo lejos, en el seno de la oscura masa urbana sumida en la sombra y salpicada de puntos de luz. Viene del fondo un rumor retumbante. Y, en seguida, la radio anuncia que la artillería está bombardeando el Centre de Dependents, en la Rambla de Santa Mónica. Pero nos dicen que también los artilleros han sido puestos a raya y que las fuerzas de la Generalidad triunfan en todas partes. No lo entiendo bien, ni puedo figurármelo, pero sigo escuchando con el alma pendiente de un hilo.

Empiezan las horas de locura. Cada cinco o diez minutos, en un tono exaltado y nervioso, en sensible crescendo, nos van dando noticias. La Generalidad sigue dominando y triunfando, pero no calla ni un segundo ¿Cómo es posible combatir, o dirigir el combate, y al mismo tiempo charlar de ese modo casi delirante? No nos dejan ni reflexionar. Cuando no hablan tocan discos de gramófono.

Hay una contradicción angustiosa entre el escándalo que levanta la radio y esa serenidad profunda de la noche sobre la ciudad. Diríase que Barcelona, vista de lejos, está en calma, y que la fiebre que sentimos se debe tan sólo a esa caja demente que nos lanza discursos inflamados, sardanas, rumor de descargas y boletines de victoria. La Santa Espina, Els Segadors, La Marsellesa, El Virolai, El Cant de la Senyera, con sus voces vibrantes o melancólicas de hombres, mujeres y niños -esas voces amadas del Orfeo Catalá-, procuran entusiasmarnos o distraernos, pero en realidad sólo consiguen aturdirnos espantosamente.

Eso es, en efecto, algo que no debe haber ocurrido nunca en el mundo, ni en Sudamérica, ni en los Balcanes, ni en China: un combate decisivo, a sangre y fuego, en el que se juega el presente de todo un país, y que se va dando por radio, entre alocuciones frenéticas y discos de gramófono. Si yo no lo hubiese vivido, no lo creería; pero las cosas ocurrían, por ejemplo, así: «Catalans! -decía de pronto el speaker-: Catalans! Catalans!... Atenció! Atenció!... Us va a parlar el Conseller de Gobernació de la Generalitat de Catalunya.» Y, en efecto, el general en jefe de las tropas catalanas se ponía al micrófono, dos, cinco, diez veces, y decía cosas como estas: «Catalans! Les tropes del Govern monarquitzant i feixista han provat d'assaltar la Cancillería de Gobernació i la Generalitat, peró han estat retxassades (sic) victoriosament, Visca Catalunya!» Pero más tarde, a medida que avanzaba la noche y crecía la angustia de los radioescuchas, el Consejero comenzó a gritar por la radio: «Catalans! Dempeus! Catalans! Alceu-vos en armes!» Pero, ¿para qué? ¿No estaban ya alzados, a aquellas horas, cuantos debían alzarse? Probablemente no, porque el extraño general que peroraba, más que combatía, continuaba llamando con la mayor urgencia a los socialistas, a los «rabassaires», a todo el que quisiera darse por aludido, hasta a los comunistas.

¿Un hombre de gobierno, pidiendo auxilio a los comunistas?... Poco después, con voz ya extenuada, se dirigían verdaderos y claros llamamientos a los pueblos cercanos a Barcelona para que mandasen a toda prisa refuerzos. ¿Refuerzos a los vencedores? ¿Y cómo podían venir, a altas horas de la noche, sin saber qué hacer, y dónde ni a quién dirigirse?.... Y así estábamos millares de catalanes, desconcertados y embrutecidos, oyendo cosas descomunales y sin poder hacer nada. Y lo más terrible es que, después de las noticias o las alocuciones tremendas, el speaker decía con una naturalidad espeluznante: «Vamos a continuar con Les Flors de Maig, de Clavé.» Y, en efecto, de aquel abismo sonoro, al que estábamos asomados con el alma entera desde hacía diez horas, mirando qué se decidía en su fondo vertiginoso, si la ruina o la salvación de la patria, surgían, insoportables, horribles, como mofas o blasfemias, unas voces melifluas cantando: Sota d'un sálzer -sentada una nina... Yo creo que nunca más podré escuchar, sin un estremecimiento de horror instintivo, esas abominables melodías.

Llegó un momento, ya a altas horas de la noche, en que el Consejero parecía poseído materialmente de una suerte de delirium tremens revolucionario. Llamaba a los catalanes, llamaba a los demás españoles, llamaba a las sombras de la noche, y las llamaba en castellano, con voces embarulladas y febricitantes. Una vez, acabó dando un gran «¡Viva España!», y en torno a ese grito resonaron nerviosos aplausos. ¿De quiénes?... Yo no podía más.

A las tres y media oí vagamente que todos los concejales estaban reunidos en el Ayuntamiento, para tomar acuerdos. También dijeron -y esto ya lo recuerdo como en el final de una pesadilla espantosa- que los «nuestros» habían tenido sólo nueve bajas y «el enemigo» muchísimas más; y, finalmente, que las fuerzas de la Generalidad habían copado un pelotón de soldados, haciendo treinta prisioneros, «que han sido desarmados y tratados como prisioneros de guerra».

Seguían los discos, y yo, rendido de cansancio -desde las cuatro de la tarde de ayer, hacía doce horas, estaba escuchando la radio-, corté la comunicación y me quedé dormido en mi asiento.

Domingo, 7.- ¿Dormido? No sé. Pero una hora después, a eso de las cinco y cuarto, la primera luz de alba, entrando por el ventanal abierto -que dejé oscuro, y ahora veo lleno de pálida luz-, me despierta con sobresalto. Un silencio asombroso. Me levanto. Me asomo a la barandilla. Miro hacia Barcelona. Una franja de cielo rojizo detrás de Montjuich. Una colcha de vaho y de niebla caliginosa, sobre la ciudad extendida. Ya sólo brillan tres o cuatro luces entre el caserío. Las fachadas lejanas tienen la palidez mate del amanecer. Escucho atentamente: ni el más leve ruido. Todo está callado, todo está desierto. Dos pájaros vuelan sin remover el aire, por el paseo de la Bonanova, de árbol en árbol. Miro al aparato de radio, a la caja infernal. ¿Qué pasará? ¿Qué habrá ocurrido en esa hora escasa que he dormido?

Temo saberlo. Pero el silencio es también otro tormento. Me acerco al conmutador. Le doy vuelta. Se enciende la lamparilla mágica. El corazón me tiembla, como el pulso. Un leve chasquido y ¡aquí está la misteriosa onda sonora! ¿Qué dice? Está mal regulada; no entiendo. Manejo las claves y... ¡santo Dios! ¡¡¡Todavía están cantando!!! Es inexplicable. Oigo Los Pescadors, de Clavé, las Fulles seques, de Morera; el Himno de Euzkadi, una alborada gallega. Estoy espiando lo que dirá el speaker después de cada pieza. Pero el speaker, con voz enronquecida y aliento exhausto -es el mismo de anoche, está ahí, como yo, desde ayer-, al terminar un disco se limita a declarar cruelmente: «Acabem d'oir Els Segadors. Ara oirem La Santa Espina.» Y repite lo mismo en castellano. ¡Nada más!

La musiquilla me destroza el alma. Pero, ¿cómo suprimirla? Si la quito me expongo a perder la palabra reveladora, la noticia anhelada. Soy como un miserable condenado a atravesar con pies descalzos un banco de ostras perleras, que le hieren y desgarran las plantas con sus cortantes aristas, y con todo, no sabe, no puede dejar de ir pisándolas y abriéndolas de una en una, temeroso de que si desprecia una sola, será la salvadora, la que contiene el codiciado tesoro.

Siento frío. Me pongo a pasear por la habitación. La luz va creciendo en silencio. La franja roja ha desteñido por todo el cielo, ahora de color de rosa. ¡Qué amanecer sereno! Están haciendo los días más espléndidos, más insolentemente bellos del otoño. El cielo y el aire, en su infinita indiferencia, tienen una serenidad aplastante.

Del mar lejano brota un rayo de sol que viene a pintar de luz la jaula de un balcón vecino. El ave prisionera se desvela y lanza un trino purísimo, de agradecimiento. Pasa otro rato de silencio. Dan las seis en la torre parroquial de Sarriá: suenan claras, lentas, casi luminosas, en el aire mañanero. No puedo más: la luz me ciega. Voy a irme a la cama. Y, de pronto, una voz nueva, grave, dice textualmente: «Atenció! Atenció! Atenció! Catalans! Catalans! Catalans!... Se us parla des del Palau presidencial de Catalunya... Atenció! Atenció! Atenció!... El President de la Generalitat, considerant esgotada tota resisténcia, i a fi d'evitar sacrificis inútils, capitula. Y aixi acaba de comunicar-ho al comandant de la quarta divisió, senyor Batet.»

¡Cómo! ¿Qué?... Lo repiten una vez y otra vez, hasta cuatro o cinco, en catalán y lo declaran también en castellano. Yo me dejo caer sobre un taburete, con la sangre helada en las venas, estupefacto, estúpido, mirando delante de mí. Debo de tener la expresión del hombre que se queda ciego instantáneamente. ¡Y para eso se declaró ayer la guerra, a las ocho de la noche! ¿Para perderlo todo diez horas después? ¿para que la Generalidad, tras de haber tenido todo el tiempo deseable, toda la libertad de movimientos apetecibles para preparar esta aventura, y después de no haber sido compelida ni obligada a emprenderla, sino de haber tomado ella misma la iniciativa, y escogido la coyuntura, la hora precisa que más le convenía, haya acabado dando a los enemigos de Cataluña el enorme gustazo de verla descartada, reducida a la impotencia, anonadada, en un abrir y cerrar de ojos, y a sus amigos el dolor de tener que abandonarla como se abandona un demente?...

A la segunda vez de oír la capitulación tremenda, como si mi cerebro fuese de cera blanda, me sé ya de memoria todas las palabras. Mientras el speaker las va repitiendo, yo se las dicto un instante antes, como un apuntador sonámbulo. La palabra CAPITULA la veo tan inmensa, que me tapa por completo toda la luz del día. Y un largo rato, a solas, de mis ojos que ya no ven nada, y de mi corazón, que ya no puede sentir más, se me saltan en silencio, involuntariamente, inútilmente, las lágrimas. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Stalin y la Rusia eterna

El otro día encontré en Internet este icono de Stalin, en el que aparece con la cruz en la mano derecha, una aureola e iluminado por el Espíritu Santo. A izquierda y derecha de su imagen tenemos dos episodios de su vida: la visita a la Matrona Nikonova en 1941, y su muerte, que el autor del icono atribuye a médicos judíos, aludiendo al complot de los médicos, detonante de la última purga ideada por Stalin.


La Matrona Nikonova es santa (staritsa) de las iglesias ortodoxas rusa y rumana. Nació sin ojos, y desde pequeña se le atribuyó el don de la profecía y la sanación. Murió en 1952 (se dice que predijo su muerte con tres días de antelación), y hoy en día hay que hacer de tres a cuatro horas de cola para hacer una breve visita a su tumba.

El episodio representado a la izquierda del icono sucedió al principio de la invasión alemana de la Unión Soviética. En aquel momento, Stalin dudaba entre huir de Moscú para evitar ser capturado por los nazis, o permanecer en la ciudad. Se dice que Stalin visitó a la Matrona en busca de consejo, y que ésta le aseguró que si Stalin permanecía en Moscú, la ciudad no sería conquistada por los alemanes. En este enlace hay una narración detallada del episodio, de dudosa verosimilitud.



Esta imagen, expuesta en una iglesia del distrito de San Petersburgo, muestra con más detalle el episodio. Según Evstafy Zhakov, portavoz de la iglesia ortodoxa rusa, Stalin es "uno de los padres de la nación rusa, por malvado que sea" (fuente).

La escena de la derecha del icono atribuye la muerte de Stalin a médicos judíos. Aquí se mezclan dos episodios de la vida de Stalin: su muerte y el complot de los médicos. En 1952, dos años antes de su muerte, nueve médicos de origen judío fueron acusados de recetar tratamientos inadecuados a altos miembros del Partido y del Ejército, para acabar con sus vidas. Stalin aprovechó este presunto complot de los médicos para iniciar una purga. Ésta se inició en un discurso de Stalin en el Politburó en diciembre de 1952:
Todo sionista es agente del espionaje estadounidense. Los nacionalistas judíos piensan que su nación fue salvada por los Estados Unidos, allá donde ellos pueden hacerse ricos y burgueses. Piensan los judíos que tienen una deuda con los estadounidenses. Entre los médicos, hay numerosos sionistas.
Es el inicio de una campaña antijudía en los países del bloque comunista. Gran número de médicos judíos son arrestados en la Unión Soviética, en lo que se cree el inicio de una purga de los judíos en la Unión Soviética. Quizá este hecho influyó en que Stalin no recibiera asistencia médica en las primeras veinticuatro horas del derrame cerebral que tuvo el 1 de marzo de 1953, que le causó la muerte cuatro días más tarde. Lo cierto es que nadie del círculo inmediato de Stalin llamó a un médico ese día.

jueves, 10 de septiembre de 2020

En la belleza ajena

 Durante unos días estuvo alojado en casa el ejemplar de En la belleza ajena de Isabel Núñez editado por Pretextos. Forma parte del fondo especial constituido por la donación de Isabel Núñez a las bibliotecas públicas de Barcelona.

Dedicatoria de Adam Zagajewski:

Ex-libris de Isabel Núñez: